La Importancia Fundamental de los Abuelos en la Transmisión y Conservación de la Sabiduría Ancestral

 

Escrito por Jessie Gardner en colaboración con Marilu Shinn, quien nos presentó a los distinguidos sabios Don Sebastián Sucli y Don Andrés Apaza.

El aire que emana de los pulmones del Valle Sagrado, en lo profundo de las montañas del Perú, es delgado, y los kilómetros para llegar allí son interminables. Paso a paso, hora tras hora, es un viaje que toma todo el día hasta el pueblo más cercano con wifi, donde finalmente podemos sentarnos y conversar. Dos venerados sabios Q’ero se acomodan en el muro detrás de ellos, en un callejón adoquinado, con hojas de coca entre sus dientes y mejilla, listos para compartir la sabiduría ancestral que ha sido tejida a lo largo de sus vidas. Ahora sienten que ha llegado el momento de abrir su mundo y compartirlo con el nuestro.

No importa dónde estemos en el mundo, nos despertamos cada día con una profunda incertidumbre, mientras las guerras arden y nuestro planeta se marchita. Nos encontramos a la deriva en las corrientes del individualismo, desconectados de la naturaleza y de la comunidad. En medio de este olvido, hemos descuidado la sabiduría de nuestros sabios, los pilares de nuestra sociedad que guardan historias, canciones, rituales y lecciones invaluables. Con una perspectiva amplia, poseen la capacidad única de entrelazar los hilos del conocimiento antiguo y el moderno, abrazando la complejidad e iluminando nuestro camino hacia adelante. En sus relatos y enseñanzas, podemos encontrar la guía y la claridad que tanto necesitamos para navegar estos tiempos turbulentos e inciertos.

Nunca ha habido un momento más crucial en la historia para escuchar cuando nuestros sabios hablan.

Primero, quiero reconocer que esta conversación no habría sido posible sin la invaluable facilitación de Marilu Shinn, quien ha cultivado relaciones con estos sabios y su comunidad durante más de 20 años, y el joven discípulo de los abuelos Yuri Flores, quien nos apoyó con la traducción desde su lengua nativa, el quechua.
El honor de hablar con Don Sebastián Sucli y Don Andrés Apaza es recibido con profunda gratitud por este tejido de conexiones.

Conozca a los sabios

Comenzamos en el corazón de los altos Andes del Perú, donde nacieron Don Sebastián Sucli y Don Andrés Apaza.

Enclavado entre picos escarpados, Don Sebastián Sucli, un venerado Pampa Mesayoq de 82 años, guarda en su ser la Sabiduría de la Medicina de la Tierra. Su camino comenzó a la tierna edad de ocho años, cuando un rayo lo abrazó, marcándolo como el elegido por la Tierra y las fuerzas de la Naturaleza para convertirse en un Alto Mesayoq, un puente sagrado entre los reinos de los vivos y el invisible de los espíritus.

Este destino fue recibido con resistencia por su familia, especialmente por su padre, quien temía el arduo sendero y los sacrificios que exige la vida de un sumo sacerdote Andino portador de un Linaje milenario, incluyendo la sombra de una vida corta.

En sintonía con el Camino Andino, Don Sebastián se transformó en un sanador, en un hombre de medicina profundamente conectado con las fuerzas de la naturaleza. A lo largo de los años, aprendió a sanar enfermedades y restaurar el equilibrio interactuando con las energías de la Tierra. Como Ceremonialista de la Tierra, ha consagrado su vida a preservar y transmitir la sabiduría y los ritos ancestrales de sus antepasados Incas. Su misión es despertar las semillas de los guardianes de la Tierra en aquellos que buscan el Camino Ancestral Andino. Es la fuerza y el latido de la Tierra, el cual ellos saben interpretar muy bien lo que les permite comprender la enfermedad desdesu dimensión energética y espiritual, lo que Marilu llama un “arte elevado”.

“Su forma de vida es una oración constante, entregándose en servicio, con alegría constante al masticar la hoja de coca, la cual es el intermediario entre ellos, la tierra y el mundo espiritual.”
– Marilu Shinn

Don Sebastián Sucli habita en la remota comunidad Q’ero de Quico, una de las ocho aldeas aisladas. Allí, en la serenidad de las montañas, continúa su sagrado trabajo, siendo un puente viviente entre las antiguas tradiciones y el presente, guiando a su comunidad y a los buscadores sinceros, nutriendo la sabiduría intemporal de su pueblo.

No muy lejos de Quico, en la comunidad andina de Hatun Q’ero, reside Don Andrés Apaza, un estimado Guardián de la Tierra Inca y agricultor. Desde su infancia, Don Andrés se sumergió en las formas sagradas del cuidado de la Tierra, aprendiendo a vivir en armonía con la tierra que lo vio crecer. Su camino tomó un giro trascendental durante su adolescencia, cuando fue formalmente iniciado como Pampa Mesayoq, y desde entonces ha seguido devotamente el sendero espiritual andino el cual es guiado por la sabiduría de la Chakana

La dedicación de Don Andrés a su comunidad se manifiesta en sus incansables viajes entre las aldeas andinas, donde trabaja para restaurar la armonía entre la tierra y su gente. Con sus ceremonias sagradas y sesiones de sanación, él repara y preserva el delicado equilibrio que sostiene la vida en estas alturas majestuosas. Su sabiduría y compasión han ganado el respeto y la confianza de muchos.

Un momento decisivo en la vida de Don Andrés fue cuando recibió las sagradas enseñanzas e iniciaciones, conocidas como Karpays, del venerado Alto Mesayoq, Don Manuel Quispe uno de los más altos sacerdotes andinos . Estas enseñanzas, transmitidas en las cumbres de montañas sagradas, que son lugares de iniciación, profundizaron su comprensión y compromiso con las antiguas tradiciones incas.

Hoy, a sus 63 años, Don Andrés sigue su labor con un corazón abierto, acogiendo a buscadores de todo el mundo que desean aprender las formas andinas de la medicina de la Tierra y el cuidado de la naturaleza. Su hogar en Hatun Q’ero no es solo su residencia, sino un faro de sabiduría ancestral, que recibe a aquellos que llegan con un sincero deseo de servir a sus comunidades en sagrada reciprocidad y de forjar una conexión profunda con la Tierra, sus Elementos vivos y sus eternas tradiciones.

El ethos cultural de Don Sebastián y Don Andrés está profundamente arraigado en la comunidad, la reciprocidad y la relación armoniosa con la naturaleza.

Comunidad y resiliencia

“Vivir ‘en comunidad’ es tener una forma de pensar circular. Cuando alguien carece de recursos, la comunidad siempre está dispuesta a extender una mano y apoyarse mutuamente. Esto surge de la necesidad impuesta por el duro entorno de los altos Andes.”
– Don Andres

Don Andrés explica que vivir en comunidad infunde un profundo sentido de valor y autoestima individual y colectiva. Cuando alguien está en necesidad, el valor de depender de los demás miembros de la comunidad se hace evidente y asegura su supervivencia, fomentando un sistema conocido como Ayni: el arte y principio de la reciprocidad entre el pueblo Q’ero –

“Es nuestra dependencia del trabajo colectivo y la comunidad lo que ha permitido que nuestra existencia continúe y sobreviva a todo lo que ha sucedido en los últimos 500 años. Debido a que vivimos en lugares tan remotos y aislados en las montañas, si hubiéramos enfatizado las necesidades individuales, probablemente no estaríamos vivos hoy.”
– Don Andres

Ayni va más allá del simple intercambio; es una filosofía de elevar mutuamente a cada uno para que todos puedan prosperar. El Ayni fomenta el compartir los muchas veces escasos recursos para que todos tengan lo que necesitan, promueve el intercambio de conocimientos y sabiduría para impulsar el crecimiento colectivo, y fortalece la armonía para asegurar la continuidad de su Cosmovisión y de su gente

“El amor y el cuidado colectivo han construido nuestra resiliencia, que es la fortaleza para avanzar y al mismo tiempo mantener las formas de nuestros ancestros de forma sagrada e intactas.”
– Don Andres

“En la sociedad actual, con la globalización y la continua eliminación nuestras formas de vida a través de la colonización, veo lo importante que es para nosotros seguir preservando y encarnando nuestra sabiduría ancestral y sagrada. Observó cómo los jóvenes en nuestras comunidades sienten el conflicto interno de retener su sabiduría, pero al mismo tiempo, no querer quedarse atrás.”
– Don Andres

Preservar y encarnar la sabiduría sagrada

Los sabios como Don Andrés y Don Sebastián están viendo cómo el mundo moderno se vuelve cada vez más visible y atractivo para los miembros más jóvenes de su comunidad, con muchos eligiendo abandonar el territorio y sus formas de vida.

Su mirada pensativa se expande, llenándose de todo su corazón, mientras enfatiza que ellos, como ancianos, son la sabiduría encarnada de sus antepasados. Tener una profunda reverencia por el conocimiento ancestral y la comunidad les ayuda a avanzar con sus formas de ser y vivir.

Earth as mother

El conocimiento ancestral transmitido a través del río de las formas generacionales Q’ero dice que la Madre Tierra enseña, nutre y es un espíritu viviente e inteligente y con ella debemos estar en contacto y en armonia para ser guiados por su inteligencia

Su Cosmovisión narra la historia de una visión del mundo compuesta por tres planosdistintos. Primero, está el Uhku Pacha, el mundo de abajoy reino oculto bajo nuestros pies. El Uhku Pacha es un lugar de raíces y sanación, simbolizado por la serpiente. Luego, está el Kay Pacha, nuestro mundo ordinario. Aquí es donde vivimos y respiramos, el reino de Pacha Mama, un mundo encarnado por la fuerza y el discernimiento interior del puma. Arriba de este planoestá el Hanaq Pacha, el mundo superior, elevándose en las alturas del vuelo del cóndor, donde habitan los espíritus y podemos sembrar las posibilidades para un futuro compartido nuevo.

“Nos relacionamos con un mundo multidimensional que abarca los mundos superior, medio e inferior. Nuestra profunda conexión con la Madre Tierra nos enseña todo sobre la vida. Mantenemos una relación continua con ella. Le hablamos y ella responde, y cuando responde, nos enseña sobre las raíces de las enfermedades y dolencias de la sociedad moderna que entendemos a nivel del alma. Por eso es tan importante conservar nuestra sabiduría ancestral, porque podemos ayudar a las personas a sanar de las enfermedades modernas, ya que se originan en la desconexión con la tierra, en la hiper individualidad y en la falta de reverencia.”
– Don Sebastian

Don Sebastián observa el marcado contraste de su visión con la vida urbana, donde las personas han perdido esta conexión vital con las fuerzas vivas de la tierra. En las ciudades, comparte, la desconexión de los ritmos de la naturaleza lleva a la confusión y a enfermedades, derivadas de una desconexión fundamental con la tierra y el mundo natural.

“El ritmo acelerado de la vida y la forma de vivir desconectada al igual que los valores de la sociedad moderna en la ciudad pueden causar confusión y ansiedad ”
– Don Sebastian

Para las comunidades Q’ero agrícolas, cuidar de la tierra y trabajar estrechamente con sus animales y cultivos profundiza su relación con la tierra y fortalece su espíritu. Esto subraya la importancia de mantener una relación armoniosa con la tierra como principal fuente de salud, alimento y bienestar.
Para los Q’ero Comprender el significado de la vida y del mundo es inseparable de su identidad como pueblo agrícola, profundamente ligadocon la tierra. Su existencia está arraigada en los kilómetros que caminan, los animales que cuidan y los cultivos que siembran.

Al observar su conexión con la tierra, nos invitan a reflexionar: ¿recuerdas esta forma de vida de la cual todos venimos, indígena a la tierra, cuando podíamos oírla y ella podía oírnos? ¿Cuando la procurábamos y ella nos cuidaba a nosotros?

Los Q’ero creen que el desequilibrio que estamos experimentando en nuestro mundo moderno proviene de esta desconexión en la comunicación y la relación con lo antiguo. Don Sebastián dice que una forma de reconectar esta raíz rota es a través del acto de pagos a la tierra.

“El origen de hacer ofrendas a la tierra es como la analogía del cuerpo humano. Si no tenemos una nutrición adecuada, estaremos agotados o deficientes en nutrientes. Necesitamos alimentar nuestro cuerpo físico, así como también necesitamos alimentar el cuerpo de la Tierra de forma simbiótica para que ella pueda estar vital y saludable . ¿Cómo podemos esperar que nuestros alimentos sean ricos en nutrientes si carecemos de respeto por el cuerpo de la Tierra? Al hacer ofrendas a la Tierra, le estamos pagando en reciprocidad por todo lo que ella nos proporciona.”
– Don Sebastian

Esta es la disciplina y el arte de mantener una relación con la tierra que nos sostiene.

Rituales y Ritos de Iniciación

¿Cómo se comunican los Q’ero con la tierra y mantienen su ideal de una relación correcta con el terreno?

La respuesta breve es a través de la hoja de coca sagrada y los ritos de iniciación .

La humilde hoja de coca es un pequeño pero potente vehículo que fomenta la conexión con la Madre Tierra y con el mundo invisible donde todo se comprende como energía. Los pueblos andinos han venerado durante mucho tiempo la práctica sagrada de ofrecer tres hojas de coca,- kintu-cada una como un acto tangible de oración que une los tres mundos o planos de existencia. Estas hojas son más que simples especímenes botánicos; son los mensajeros sagrados de la Cosmovisión Andina y, al caminar millas para cuidar la tierra y ofrecer sanaciones las hojas de coca les proporcionan resistencia y vitalidad.

Cada hoja actúa como un conducto, un pequeño puente a través del abismo espiritual, permitiendo a los abuelos y chamanes atravesar los mundos multidimensionales superior, medio e inferior para recibir y entregar mensajes vitales. A través de esta práctica, las hojas de coca se convierten en algo más que simples ofrendas; son los hilos que tejen juntos la tapicería de la vida, conectando la tierra con los cielos y uniéndonos a los ritmos sagrados del cosmos.

“Las hojas de coca actúan como conductos entre nuestras intenciones y la tierra.” – Don Andres

No pasa un día sin que una hoja de coca repose en las mejillas de los ancianos, interconectados a través de un intercambio activo de conocimiento y nutrición.

Para ellos, los ritos de iniciación también son fundamentales para la cosmovisión y el orden correcto de las cosas.

El nacimiento de un recién nacido presentado a la comunidad por primera vez, los ritmos de la siembra y la cosecha, la iniciación chamánica , la transición a la vejez y la llegada a la muerte son ritos que los Q’ero observan, cada uno marcado y honrado a través de rituales y ritos de paso únicos.

“Cada rito de paso abre la comunicación con el reino de los espíritus, que incluye la tierra y los siete apus sagrados (montañas). Una vez que los recibes, entras en una forma completamente diferente de relacionarte con la Madre Tierra y con la vida misma, así como con los espíritus de las montañas que ofrecen transmisiones e iniciaciones. A cambio de la devoción de nuestros peregrinajes a las montañas para recibir sabiduría, mensajes y la capacidad de sanar a otros, nosotros recibimos salud y bendiciones como intercambio/ayni.”
– Don Sebastian

Los abuelos dicen que sus comunidades no conocen hospitales, pastillas ni medicaciones convencionales. Su concepto de salud está directamente relacionado con estar en una relación correcta con las energías de la tierra, sus elementos y su cosmovisión para la vitalidad. Incluso en sus ochentas y sesentas, respectivamente, Don Sebastián y Don Andrés tienen la fortaleza física para viajar grandes distancias para servir a su comunidad así como a comunidades más remotas

Cuando se trata de la tierra y los animales que cuidan, los ritos de paso constantes se hacen una realidad cotidiana. A través de estos rituales ellos bendicen el ganado, los cultivos y la cosecha con un rito de prosperidad llamado Pago a la Tierra.

“En el Pago a la Tierra, primero bendicen las manos del agricultor y la tierra con oraciones, soplo de vida a las ojas de coca y ofrendas de semillas, flores y chicha (una bebida tradicional inca hecha con maíz), pidiendo permiso a Pachamama para sembrar las semillas y solicitando abundancia y una relación correcta con la tierra y los cultivos.”
– Marilu Shinn

Las personas que están en el camino de convertirse en sanadores, portadores de medicina y guardianes de la sabiduría también participan en ritos de iniciación o. Durante estas ceremonias, los individuos son introducidos a las fuerzas de la naturaleza, como las montañas de los Andes, lagunas de agua y ríos. El propósito de estos ritos es establecer una conexión con estas fuerzas naturales, que actúan como aliados y protectores para los sanadores. En la tradición inca, los sanadores masculinos se conocen como Paqos, mientras que a las sanadoras femeninas se les conoce como Nustas.

Las Nustas llevan medicina y trabajan ya sea con el lado izquierdo o con el derecho. Algunas mujeres llevan más la medicina del lado derecho, que es la forma de los guardianes de la tierra y también pueden realizar sanaciones. Otras mujeres llevan la medicina del lado izquierdo, que se enfoca en preservar el conocimiento y sabiduría más profundos de la antigua cosmovisión Inca

“Si observas bien, en la naturaleza, las energías femeninas están en todas partes. Y en las montañas sagradas y las aguas, existe esta analogía con el cuerpo femenino. Al honrar y ofrecer los ritos de iniciación alas mujeres en este camino como sanadoras, se logra un mayor equilibrio entre lo masculino y lo femenino, la dualidad de este mundo.”
– Don Andres

Entrar a la vejez conlleva otro rito de paso significativo. Cuando alguien se convierte en anciano, es visto como el guardián de la comunidad y el guardián de la sabiduría ancestral. Por ejemplo, Yuri, quien es una persona joven que sirve como traductor para los sabios (y asistió en esta entrevista), también es un Paqo y está aprendiendo las artes de sanación directamente de los ancianos bajo su guía.

La muerte y el morir son procesos profundamente respetados en esta tradición y se marcan con un rito de iniciación igualmente poderoso. Este rito puede involucrar ceremonias elaboradas donde el cuerpo físico se separa del cuerpo energético y del alma. Sanadores entrenados realizan maniobras energéticas y oraciones en nombre de la persona fallecida durante este rito.

Una Invitación para los Nuevos Guardianes de la Tierra

Cuando se le pregunta qué le da esperanza, Don Andrés revela que su esperanza se extiende más allá de su propia comunidad y de la próxima generación. Abre la invitación a personas de otras tierras con “un corazón puro” y un deseo de experimentar los ritos de paso para que vengan a sus comunidades en el santuario de las montañas Apu de Perú, para aprender sus formas y tradiciones milenarias.

“Si más personas son receptivas y dispuestas a escuchar y servir desde la pureza, podemos comenzar a tejer un allyu (toda la vida a tu alrededor, una red de familias con un ancestro común) nuevamente, lo cual traerá la tan necesaria sanación y reparación a la red de la vida, a la tierra y a nuestras relaciones. Así es como la sabiduría ancestral se transmitirá para las generaciones futuras.”
– Don Andres

Con esa invitación final, dejamos estas preguntas reflexivas a tus pies para que las explores después de leer este artículo:

  • ¿Estás conectado con los sabios de tu comunidad local?
  • ¿Cuáles son las lecciones más valiosas que has aprendido de los ancianos?
  • ¿Cómo sería el mundo si tuviéramos un profundo respeto por los ancianos?
  • ¿Cómo sería tu vida si se priorizaran los valores comunales sobre los valores individuales?
  • ¿Cómo te comunicas y te relacionas con la tierra?
  • ¿Cómo te involucras en los ritos de paso en tu vida? ¿Identificas un vínculo entre ellos y tu bienestar?
  • ¿Sientes el llamado de experimentar la cultura, los ritos de iniciación y las formas indígenas del pueblo Q’ero? Si es así, comunícate con nosotros directamente y te conectaremos con su comunidad.